Polémica por 40 millones de dólares: el engaño detrás de una falsa IA por un Español

Mucho antes del boom de ChatGPT, una startup ya intentaba sacar partido del atractivo de la inteligencia artificial. Sin embargo, detrás de sus promesas revolucionarias se escondía una artimaña poco sofisticada.

La modestia no suele ser una virtud en el mundo startup, y el caso de nate, una app de compras online, lo demuestra a la perfección. Sus creadores la presentaban como una herramienta “mágica”, capaz de transformar la experiencia de compra en internet. Pero según la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, lo único mágico era el engaño. Su fundador, el español Albert Saniger, ha sido acusado formalmente de fraude.

Lanzada en 2018, nate prometía facilitar las compras online permitiendo a los usuarios adquirir productos de cualquier tienda virtual con un solo clic. Según sus responsables, una avanzada inteligencia artificial se encargaba de todo: desde seleccionar la talla adecuada hasta introducir automáticamente los datos de envío. Una propuesta tentadora… que resultó ser demasiado buena para ser cierta.

Ya en 2022, una investigación del medio The Information puso en duda la veracidad de estas promesas. Poco después, la app desapareció del mercado y los más de 40 millones de dólares recaudados de inversores se habían esfumado. Todo esto ocurrió antes de que la IA viviese su auge con herramientas como ChatGPT.

Personas detrás de la supuesta IA

La acusación es clara: nate nunca contó con la sofisticada IA que aseguraba tener. En su lugar, eran trabajadores en centros de atención al cliente en Filipinas y Rumanía quienes realizaban manualmente las tareas que supuestamente automatizaba el sistema. Sólo en una fase posterior la empresa desarrolló algunos procesos automáticos, pero muy lejos de lo prometido.

Los fiscales afirman que, al inicio, el grado de automatización era del 0%. A pesar de ello, Saniger habría convencido a los inversores de lo contrario, logrando captar una inversión millonaria. Además, se le acusa de ordenar a sus empleados que ocultasen el uso de estos call centers y de manipular las demostraciones de la app cuando los potenciales inversores la probaban.

Si es declarado culpable, Saniger podría enfrentarse a una condena de hasta 20 años de prisión. El fiscal Matthew Podolsky ha señalado que este caso no solo perjudica a los inversores engañados, sino que también daña al ecosistema emprendedor en su conjunto: “Este tipo de fraude no solo hace perder dinero a personas inocentes, sino que desvía fondos de startups legítimas, genera desconfianza en las verdaderas innovaciones y ralentiza el avance de la inteligencia artificial”.

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